Personas inteligentes que han visto la página

domingo, 28 de octubre de 2012

Nos gusta tener un inicio

Dicen que la distancia más corta entre dos puntos es la linea, y eso es cierto, en tanto se puede demostrar. Sin embargo, la linea se puede curvar, y además si se curva el espacio donde se ha trazado, como dos puntos extremos de la hoja después de haber hecho coincidir dichos puntos enrollando la hoja en que ha sido trazada, esto parece dejarse de lado cuando se habla de lineas, es decir, quizás sólo estamos viendo la linea última.

Esto puede compararse con la ciencia del derecho al tratar de hacer coincidir al sistema de normas con el sistema de justicia, o al dogma con la dogmática jurídica, pues si curvamos los conceptos al extremo de hacerlos pasar por el mismo punto y después decir: "son lo mismo" es y ha sido sólo una grave coincidencia.

Pues verlo de esta manera es pensar que puedes unir dos puntos, y forzar su unión, luego entonces decir: son lo mismo.

Algo similar pasa con los DDHH pues si bien "todos los derechos son producidos por el ser humanos, no todos los derechos producen sus efectos sobre los seres humanos, aún y cuando corresponde a los seres humanos la aplicación de la norma jurídica".

Siendo que hay derechos reales, o derechos de propiedad que no pueden aplicarse a los humanos, es decir, yo digo "pertenezco a Francia, pero es para producir efectos sobre un sistema jurídico que surte efectos para los franceses -siendo extranjero o nacional-", pero ya muy pocos se atreverían a decir, "Juan o Pedro o   Aelia o Luca es de mi propiedad y exija el derecho de propiedad como si fuera una cosa mueble o inmueble".

Esto podría parecer una locura, pero si lo profundizamos a acciones concretas, no podrías maltratar, vender, comprar, rentar, incluso usufructuar o tener derechos de persecución -de propiedad- sobre una persona, pues esos derechos no están disponibles para otras personas, es decir, son por así decirlo derechos que distinguen a los humanos de las cosas muebles e inmuebles, pero que estos derechos necesitan emanciparse de su sistema jurídico que los ha contenido, por lo cual en algunos casos se confunden con derechos políticos; siendo la política una herramienta que tienen los humanos para entenderse y el derecho un instrumento para perpetuar ese entendimiento entre humanos. Por lo cual los derechos humanos atienden a ciertos principios: Progresividad  indivisibilidad, universalidad e interdependencia, así como un principio difuso que es el principio pro persona, puesto esto en el plano de la distinción entre DDHH y otros derechos producidos por los humanos que no surten efectos en su condición de humanos, ni en sus actos, actitudes, acciones, etcétera, sino por su simple génesis humana.


Si aplicáramos esta maravilla y dejáramos de lado el ius positivismo, ius naturalismo, etcétera podríamos entender que los DDHH deben tender a proteger a la persona perse.

Sin embargo, nos gusta tener un inicio, y parece que un final feliz, pero no hay tal, y no habrá tal, pues eso no lo podemos conocer, y no es posible conocerlo, puesto que bajo el concepto de derecho que hoy tenemos podríamos identificar las características de dicho supuesto teórico que nos refiere al concepto derecho, pero que en linea que trata de unir "hechos-concepto" estamos curvando la linea a un punto que no es el final, y que quizás no es el inicio, sino que es un punto aleatorio de observación -universal continua- con un momento sin tiempo definido en el espacio, sino que es un tiempo aleatorio en el espacio.


Paradigma o sintagma

Decir un nuevo paradigma, y decir sintagma debería cambiar cambiar la realidad del estado de las cosas, pero lo que sucede en la vida es sólo una unión de conceptos y teorías que se adaptan a ese sintagma, pues el paradigma no cambia.

En otras palabras, el paradigma debe continuar pero el sintagma es el que debe modificar el estado de las cosas y el entendimiento de los conceptos e ideas que se tiene acerca de tal o cual situación.

El paradigma de los DDHH no cambia, sino que se adecua a nuevos sintagmas, es decir, la teoría va tomando otras caras de la realidad que parecían no salir a la superficie, y que los sintagmas se encargan de traerlas bajo el paradigma que se tiene de dichos derechos.

Un claro ejemplo es decir: los DDHH y los derechos constitucionales.

El paradigma sigue siendo el de los DDH, y el sintagma es el que viene a tratar de cambiar el estado de las cosas y del entendimiento, que en este caso seria  "los derechos constitucionales". Sin embargo, la teoría no debe tratarse como una modificación, sino como una profundización, incluso si la "naturaleza de las situaciones y supuestos aparentemente cambian".

martes, 2 de octubre de 2012

Ya nadie escribe cuentos para niños.

Cuando la nostalgia se apodera de nuestro pensamiento, y nuestro cuerpo no encuentra salida a los pensamientos que nos arroja nuestra conciencia, y el mundo no parece lo que era, fue y lo que se espera que sea, pues la nostalgia nos ha arrebatado nuestra realidad.

Y así como la nostalgia hace lo propio, la tristeza, la ira, en fin los sentimientos, las pasiones, la comida, los gustos y demás nos dicen: "así, no, no es momento, para qué, etcétera"

Pero que podemos decir de los cuentos para niños, para personas en su temprana edad, parece que ya no hacen cuentos para niños, pues han dejado de crear mundos maravillosos, de hacer de la fantasía una realidad inspiradora, una utopía que si bien no alcanzaremos, y que por cada paso que damos esta dará dos pasos, es necesario seguirla pues alimenta nuestro espíritu, hemos dejado nuestro espíritu.

Dejamos nuestro espíritu y necesitamos que los cuentos dejen de serlo y nos arrojen a una realidad en forma de cuento, es como si un universo paralelo que siempre ha estado allí se nos hiciera presente y nos arrojara a  un libro.

Un libro que nos ha dejado de transportar a cuentos que nos dejaban una sonrisa, y nos impulsaban a soñar, y tratar de alcanzar nuestra utopia, y nos han querido aterrizar en una realidad que nos atrapa, y que nos recuerda que hemos nacido, estamos viviendo, y que moriremos,

Ya no hay vida eterna, ya no hay Dios, pues Dios pertenece al mundo de la fantasía  los cuentos para niños han matado a Dios, y Dios no hace nada, parece que no necesita que los niños lean, y lo conozcan.

Es una literatura sin Dios, sin bueno o malo, sin valores de bondad, y parece ser que nuestros hijos crearán un nuevo Dios. Un Dios que necesita nuevos humanos, quizá por eso no hace nada en apariencia, Dios lo sabe y me da gusto.

Dios esta buscando la justicia y otros ideales de los cuales el racionalismo ha querido despojarlo, Dios no se inmuta y es tan grandioso que ha dedicado tiempo a los humanos para que reflexionen, y así como tuvo un principio, deberá tener un fin.

Será que Dios busca otra justicia, y otros humanos, a través de la literatura de la realidad, me atrevo a pensar que así fue, así es y así será.