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martes, 25 de septiembre de 2012

CUENTO JURÍDICO. Dante: el justiciero de época



En un lejano lugar apartado de toda civilización vivía un Ermitaño que tenía la característica de ser: millonario, joven, guapo, con doctorado en Derecho, Ciencia Política, Filosofía y Lingüística, además de vivir en una casa pequeña de unos sesenta metros cuadrados, pero que era dueño de doscientas hectáreas de terreno que en lo inhóspito del lugar parecían más. Este Ermitaño poseía una conexión a internet súper rápida además de tener todas las comodidades tecnológicas que existen; entre ellas un i pone 5, una ipad, una mac, y algunas Pc´s, monitores y además tenía un robot llamado Dante.
El doctor Ermitaño vivía de la naturaleza, pues por su propiedad pasaba un río, pues un día mando a desviar el cauce de un río cercano, y lo había hecho de manera subterránea, toda una obra de ingeniería, con la cuál sembraba sus propios alimentos, además de tener aves de cría como: pollos, guajolotes, patos, cerdos y uno que otro buey.
El robot llamado Dante le decía cuando  era el momento de levantar la cosecha, iniciar la siembra o cuando era oportuno comer: pollo, pato, guajolote, cerdo, etcétera. Tenía su vida resuelta no había que preocuparse por las cosas mundanas, tratar de adivinar cuando debía sembrarse o cosecharse o cuando se tenía hambre, frío o calor, pues Dante siempre estaba al pendiente de esos detalles mundanos, por lo cual el Doctor Ermitaño podía proceder a crear su mundo, y vivirlo como él pudiera. El Doctor Ermitaño como en solía hacerlo en su época de estudiante, y específicamente cuando hacía orgías con sus compañeras de posgrado, no usaba ropa en lo que el llamaba “Reino de la no justicia”, pues decía que en su casita y en su terrenito no existían más seres pensantes que él y por lo tanto todo lo que el hiciera o dejara de hacer no podía someterse a consideración, aceptación, experiencia o confort de persona alguna, era pues un lugar donde podría caber todo lo virtuosos de la humanidad, sin necesidad de experimentar lo negativo de la misma humanidad que obligaba a los hombres a vivir en sociedad con unas reglas a las que se denominaban “derecho” , un derecho que no venía de los mal nacidos, como dirían algunos, sino de los mal cogidos como diría el Doctor Ermitaño.
Con estas consideraciones y en este escenario el Doctor Ermitaño vivió veinte años, sin estar alejado de las noticias, redes sociales, y demás medios de comunicación electrónica y universal que se tenía acceso. Era un ciudadano de mundo que no experimentaba los vicios ni los pecados originarios, como lo eran el sexo.

Pero un día deseo volver a su alma mater  a dar clases de lo que había aprendido en esos últimos veinte años de ser Ermitaño, con un rostro, cuerpo y mente jovial que lo hacía ver como un muchacho de veinte años.
Pero pudo observar que el mundo virtual que lo conectaba con el mundo social era distinto, que seguían existiendo personas en pobreza material extrema, que el sexo seguía siendo un adalid para mandar sobre las personas, que los políticos seguían siendo los mismos ignorantes sólo que ya se habían reproducido, que los abogados exitosos eran ya sus amigos de orgias y de disturbios en cantinas. Es decir, que nada había cambiado, y que seguían buscando, sin éxito, encontrar las definiciones a conceptos tan antiguos como la justicia, derecho, amor, paz, armonía, felicidad, realidad, etcétera. Pero que la buscaban porque se encontraban en un mundo que les habían creado sus padres, padres que dicho sea de paso eran ignorantes y que se dejaban arrastrar por sus pasiones y que producto de dichas pasiones hallaban en el argumento una excusa para hacer plausible lo implausible.
Dante, el robot, que no era más que una serie de algoritmos animados en un trozo de metal podía entender la realidad a la que se estaban enfrentando al dejar su pedazo de tierra, y recordó que lo habían programado para no pensar y simplemente seguir reglas, y no pudo expresar lo que sentía al ver aquella sociedad en la que el Doctor Ermitaño quería adentrarse.

Por el contrario el Doctor Ermitaño podía tener grandes charlas con sus colegas, que eran ínfimamente pobres, económicamente y culturalmente hablando, en comparación con el Doctor Ermitaño, y entre sus charlas entre los colegas Dante no pudo evitar usar sus algoritmos para tratar de comprender y expresar el siguiente relato:
“Dr. Ermitaño.- no entiendo cómo la gente prefiere abandonar sus tierras, y sus aldeas en pos de venir a vivir a una ciudad donde los reducirán a nada por gran parte de sus existencia, unos treinta o cuarenta años en lo que se logran establecer, para después ir a morir a su aldea y volver a cosechar su tierra y tener en la conciencia que era mejor vivir en su aldea, con comida fresca, rica, nutritiva y gratis, ESO NO ES JUSTO, que injusticia, a esas personas se les debería hacer justicia y regresarlas a sus aldeas antes de que mueran y dejen sus vidas a otros que los dominaran y arrojaran a su tierra de origen cuando ya no les sean útiles, incluso por sus propios hijos, que Dios me perdone por lo que digo”.
Dante no lograba entender la conversación en los siguientes puntos: justicia, injusticia, justicia, Dios, no estaba hecho para poder explicar situaciones que no tuvieran una comprobación general, y aceptada por sus reglas internas de funcionamiento, era una maquina, después de mucho pensarlo con sus algoritmos, expresó: soy una maquina, pero soy distinta, soy una maquina que piensa, y si tengo la capacidad de pensar, aunque no de expresarme, incluso no me puedo reproducir, no tendré hijos; y murmuro, no tendré un pequeño Dante, pasaron unos momentos y pensó… ¡Que injusticia!
Después de esto analizo la forma en que el procesaba la información y de cómo podría expresarse y dijo cual es el procedimiento, es decir, ¿cómo me puedo comunicar con el Dr. Ermitaño? Y la respuesta fue: paso uno.- el Dr. Ermitaño me hace una pregunta y yo le contesto, así de simple, pero en el paso dos.- trato de encontrar la respuesta en mi memoria, ¿en mi memoria se cuestiono? De que esta hecho mi memoria, y para qué está hecha, y paso tres.- expreso la respuesta, el Dr. Siempre hace respuestas fáciles, su vida es muy fácil. Pero pensó, el Dr. Ermitaño no me hace preguntas sobre la justicia, injusticia o lo justo, sólo me dice cosas como: ¿qué hora es?¿avísame cuando sean las cuatro de la tarde?¿a qué temperatura estamos?¿cuánto dinero tengo en mis inversiones?¿me debo comer un pollo?¿me debo cenar una guajolota?¿debo matar a un buey? Un momento reviro, nunca me ha preguntado si es justo matar, o si es injusto que sean las cuatro, o si la justicia existe a las cuatro de la tarde.
Me han programado para que sea útil, no para que busque una utilidad de mi, pero Dante el robot no sintió nada. Pero pudo hacer una analogía al Estado que él sentía en ese momento con el que sentía, quizás pensó, el Dr. Ermitaño. Ese miso día el Dr. Ermitaño decidió continuar con su vida en sociedad, y dejo a Dante el robot en el olvido, hasta que un día el Dr. Ermitaño, lo saco llamo y le dijo que le daría su libertad.
Dante no entendió lo que le había dicho, pues era necesario que el Dr. Ermitaño le preguntara para que el pudiera expresarse en consecuencia, y con una sonrisa muy tenebrosa el Dr. Ermitaño dijo, mira Dante en esta sociedad el dinero es lo único que importa hay personas que venden sus conocimientos, tiempo, vida, y más a cambio de dinero, y yo tengo mucho, no necesito pensar, ni saber si algo está bien, o está mal, me basta con mi sentido común, ya no te necesito. Dicho lo anterior lo arrojo a un bote de basura, pero Dante pudo darse cuenta que el Dr. Ermitaño sólo le dio una explicación, nunca le pregunto cómo se sentía y en consecuencia no podía expresarse, no estaba programado para hacerlo.
Unos días después Dante se encontraba en un lugar muy distinto que el conocía por referencias de programación como un basurero, y un joven llamado Ovis lo saco de la basura y dijo ¿Qué raro que serás? A lo que Dante, por escuchar una pregunta, respondió: ¿Soy un robot llamado Dante? El joven Ovis lo soltó y grito la basura me hablo, y pasaron unos minutos antes de que Ovis se acercara a Dante, pero cuando Ovis se acerco dijo ¿Puedes moverte, qué más puedes hacer? Dante respondió: si puedo moverme, y en general puedo responder preguntas, si te quieres comunicar conmigo debe ser a través de una pregunta si no, no puedo contestarte.
Ovis dijo: a ver si es cierto: ¿Cómo me llamo?
Dante dijo: no sé cómo te llamas, pero puedo definirte como una persona, y por el tono de voz debes ser del sexo masculino.
Ovis dijo: Ya veo, estas en lo cierto, bien mi nombre es Ovis, ¿Quieres ser mi amigo?
Dante dijo: ¿Amigo?
Ovis dijo: si mi amigo, o ¿quieres que sea tu dueño?
Dante dijo: Mi dueño está bien.
Dante después de ese episodio acompañaba a Ovis a todos lados, y respondía sus preguntas que eran muy parecidas a las que hacia el Dr. Ermitaño, pero anhelaba que le preguntaran por la justicia, lo justo y lo injusto, hasta que un día.
La mascota de Ovis, una perra, murió atropellada por el Dr. Ermitaño, y Ovis dijo: ¡que injusto! Y volteo a ver a Dante y le dijo: “¿crees qué esto es justo DANTE, crees que es una injusticia que este crimen quede impune?”
Dante que tanto anhelaba responder a esas preguntas dijo: No sé que es la justicia, o lo injusto, pero podemos utilizar el la palabra justicia: para referirnos  a querer en un estado de las cosas hasta antes de que sucede algo, cualquier situación, que nos causa un daño, y lo justo lo podemos definir como: ese proceso al cual quisiéramos que se sometieran los hechos para volvernos a ese estado de justicia.
Ovis no entendió lo que Dante le dijo, y corrió hacia el Lamborghini Aventador que manejaba el Dr. Ermitaño y le dijo: “ahora quien me va a hacer justicia” a lo que el Dr. Ermitaño dijo: “quizás estos diez mil, te la hagan”, a lo que Ovis de manera alegre dijo: Se hizo justicia.
Dante escucho toda, identifico al Dr. Ermitaño, que parecía más un modelo de revista que aquel hombre maduro con aspecto juvenil, y a Ovis cambiando de un estado de ánimo a otro, pero que puso en contra sus pensamientos acerca de la justicia y lo justo, y le parecía que la injusticia no era que se le devolviera la vida o no la perra, si no que Ovis, quien clamaba justicia volviera a ese Estado en que se encontraba antes de que sucediera lo que le había causado un daño.
Después de eso, Dante le dijo en respuesta a las preguntas que me formulaste hace unos instantes te puedo responder lo siguiente: el crimen quedará impune, creo que no se cometió una injusticia, y que fue justo lo que ha pasado.
Pero DANTE después de aquello jamás volvió a buscar que lo cuestionaran sobre la justicia, lo justo o la injusticia, y se imaginaba en la casa del Dr. Ermitaño donde al no existir más humanos que el Dr. Ermitaño que no preguntaba sino cosas de la realidad cuantificable, no importaba hallar una realidad de palabras con referencia a contextos o experiencias.

Y pensó que era más práctico hablar de valores cuantificables como: precios, pesos, temperaturas, etcétera que tenían cierta relación con la naturaleza de las cosas que tratar de buscar el valor a las actitudes, percepciones, etcétera que provenían de una persona, porque mientras el mundo natural no se acompañaba de palabras, el hombre trataba de explicar todo con sus palabras.
DANTE pensó soy un robot de distinta época, y la justicia que puedo hacer valer dependerá de la época en que me encuentre, y cada época tiene a sus personajes, experiencias, anhelos, etcétera. De hoy en adelante relativizaré todo y tendré una respuesta para cada tipo de justicia que será justicia de época, y seré DANTE: el justiciero de época. Y seré justiciero porque interpretaré la justicia cuando me lo pregunten, y para cada época crearé una especie de ministro que comparará su justicia con su época y de en época en época la misma irá cambiando, creando un sistema de justicia que podrá ser estudiado en pos de la justicia.

martes, 4 de septiembre de 2012

LA JUSTICIA

TODOS TENEMOS NOCIONES DE LA JUSTICIA, SIEMPRE Y CUANDO ESTEMOS OCCIDENTALIZADOS, PERO NO TODOS ENTIENDEN LO QUE ES JUSTICIA, Y PARECE QUE NADIE SABE QUE ES LA JUSTICIA.

LO QUE NOS LLEVA A DOS SITUACIONES:

A) ESPECTATIVAS DE JUSTICIA.

B) EXPERIMENTAR LA JUSTICIA.

Y TIENE MATICEZ QUE SON:

A) ALGUIEN MÁS DEBE ENCARGARSE DE LA JUSTICIA.

B) LA JUSTICIA DEBEMOS ACEPTARLA.

POR LO CUAL SI YA NO TENEMOS LEYES NATURALES, Y ESTAMOS EN UNA PERSPECTIVA POSITIVISTA. LA JUSTICIA LA APLICAN LOS HOMBRES, Y LOS HOMBRES LA ACEPTAN.

LAS ESPECTATIVAS DE JUSTICIA VIENEN DE UNA DEIDAD DE LOS HOMBRES QUE SON LOS JUECEZ, Y AL EXPERIMENTARLA, SON LOS MISMOS JUECEZ QUIENES DICTAN LAS DIRECTRICEZ PARA EXPERIMENTARLA.

POR LO CUAL NOS DEJA EN ENTREDICHO SI LA JUSTICIA DEBERIA ADOPTAR UN NOMBRE DISTINTO O FORMAR UN SINTAGMA CADA VEZ QUE SE HABLE DE JUSTICIA.

ES DECIR COMO SI EL CONCEPTO O IDEAL DE JUSTICIA SOLO DEBIERA DE ADAPTARSE A LA SITUACIÓN CONCRETA Y ENUNCIARLO EN CONSECUENCIA.